PPK, el fujimorismo y el antifujimorismo
Después de la dura batalla democrática que se dio la semana pasada en el Congreso de la República, debido al intento de vacancia presidencial contra PPK, una vez más el anti fujimorismo lo salvó, pero a diferencia de la primera vez que lo llevó a la presidencia, esta experiencia lo dejó completamente vulnerable y debilitado.
La burbuja en que vive nuestro presidente y la lenta asesoría que recibe, lo hicieron ensayar un bailecito aquella noche del salvataje, demostrando una vez más que estaba viviendo otra realidad. No había nada que celebrar, aunque para PPK otra era la lectura política ese día.
Aquel día un grupo de 10 congresistas de Fuerza Popular, liderados por el propio Kenji Fujimori le salvó el “pellejo” a PPK. Ahora sabemos con certeza cuál fue el origen de la debatible y sorpresiva decisión de esa decena de congresistas. Aún quedará la duda si el fujimorismo apresuró la figura de la vacancia para que el hermano menor de los Fujimori lance el flotador a PPK a cambio del indulto. Solo ellos lo saben.
Lo que si es cierto es que la vacancia no se dio porque además de la decisión de los congresistas, tanto de los que votaron en contra y se abstuvieron, también influyó mucho los ciudadanos y colectivos agremiados quienes contribuyeron con marchas y protestas previas a ese día. Pero principalmente esto se dio gracias a aquel antifujimorismo organizado, movilizante y accionario. Además de la opinión pública y la mayoría de medios de comunicación, quienes son parte del anti fujimorismo.
Hoy el escenario es otro, aun cuando la figura de la vacancia haya sido una estrategia política del fujimorismo para ganar la libertad de su líder, es importante reconocer que el parlamento se reconfiguró, hubo rencillas y divisionismos en varios grupos, mostrándonos un nuevo escenario de poderes entre las bancadas.
Una vez oleado y sacramentado el indulto en vísperas de la Navidad, el escenario de pujas en el Congreso se transpoló a la calle en grandes dimensiones, y eso que recién comienza. Sin contar las renuncias de personajes afines al gobierno, con lo cual la crisis se agudiza.
Lo resaltantante y fascinante de esta situación es que se alinean las fuerzas políticas de manera natural, la derecha lobista y liberal de Peruanos Por el Kambio confluye con la derecha popular conservadora de Fuerza Popular, frente a la izquierda, que por ahora se presenta atomizada, dividida, pero eso si, consecuente.
Posiblemente este último atributo sea lo necesario para emprender el liderazgo que ansía desde hace mucho tiempo la izquierda. Tiene todo a su favor. Desde la traición de un débil PPK (que además es parte de la sempiterna derecha rival) y el público informado lo entiende y comprende. Tiene la calle caliente, factor esencial para cumplir objetivos políticos. Y tiene el antifujimorismo organizado esperando el grito de guerra.
Vacar a PPK o pedirle su renuncia es esencial en estos momentos, plantearlo quizá no alcance a concretarse si es que el fujimorismo ha decidido aliarse al gobierno (aún no lo sabemos), pero el solo reflejo o acto de proponerlo le traerá réditos a la izquierda, justo en estos momentos que queda la duda si es que la derecha firmará un pacto de impunidad sobre el caso Odebrecht.
Esa hipótesis será efectiva para ensayar la necesidad de construir un nuevo pensamiento que contenga el principio de renovación de los actores políticos, en base a desarrollar una nueva Constitución que nos represente a todos, pero además, que su sistema no blinde ni apañe la corrupción. De de hecho se logrará mucho con solo proponerlo, será el inicio, la primera piedra para la construcción del ideal que aspiramos como ciudadanos.
Recuerden la cita de Milán Kundera: “La lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido”. Apuesto a seguro que quien se anime a enfrentar democráticamente en estos momentos a PPK, será el ganador al final de este largo y dificultoso camino. La pregunta surge espontáneamente como un grito de alerta: ¿Quién se anima?