#ElPerúQueQueremos

¿Hacia dónde va Fuerza Popular?

El futuro político de Fuerza Popular dio un giro importante con la caída del gobierno de PPK. Su excesivo comportamiento hostil casi hasta desnaturalizar su deber de oposición, desde que inició mandato PPK, debería de haber concluido justo ahora con la abdicación del presidente. De esta manera, deberá reflexionar y entender que en esta crisis tanto el gobierno saliente como ellos, quedaron debilitados. Urge entonces un cambio para trascender en el tiempo como fuerza política de derecha, y eso pasa, por pasos clave como retirar el apellido Fujimori, del partido.

Publicado: 2018-03-27


Alguna vez el filósofo español José Luis López Aranguren dijo que “La moral se esgrime cuando se está en la oposición, y la política, cuando se ha obtenido el poder”. Posiblemente en nuestro país ni uno ni otro se dio, no lo sé, quizá la historia nos lo dirá en su momento, lo cierto es que mal haría Fuerza Popular si creyera que esta lamentable crisis vivida con la caída del gobierno de PPK es un triunfo para ellos. Nada más fuera de la realidad, pues es probable que la figura de Vizcarra resulte vigorosa para el gobierno entrante, pero ante los ojos y el clamor del pueblo, el Congreso de la República debiera ser la próxima institución en caer.

Muchos pensamos que cuando Fuerza Popular logró la mayoría en el legislativo, tenía una enorme responsabilidad como oposición, no solo porque así lo ameritaba las circunstancias, sino porque además, de esta manera aseguraba su futuro político para llegar al gobierno en el 2021. Un cambio radical del fujimorismo, más transparente, nada prepotente y mucho más democrático que genere confianza en el histórico antifujimorismo. Hoy la lectura es diferente, envuelto en una lucha fratricida, posiblemente estemos ante la debacle de los Fujimori en la política.

Entonces, ¿qué le queda a Fuerza Popular para sobrevivir? Simple: Desfujimorizarse. Ni Alberto ni Keiko, ni Kenji, un partido sin Fujimoris, es lo único que hará trascender a FP. La derecha conservadora peruana aún espera algún partido para cobijar, que lo represente y que lo lleve a ser una fuerza política que vaya más allá de caudillos para prolongarse. Además de saltar el duro obstáculo que nacerá en las calles en los próximos días, el cual es: el antifujimorismo organizado.

La “frase que se vayan todos” no es un cliché ni nada por el estilo como algunos opinólogos quieren menospreciar, es sociológicamente un sentir que arrastra desde hace mucho tiempo, es el fracaso de las instituciones, la caída de los partidos políticos, la sempiterna impunidad y el alto índice de corrupción que estamos viviendo, la cual siempre existió valgan verdades, pero que en esta etapa de redes sociales tiene mayor repercusión e indignación en la sociedad.

A partir de ahora se recompondrán las cosas en el Congreso de la República. La izquierda volverá a ser minoría buscando sobresalir en el escenario político cada vez más difícil entre dos bandos peleados. Fuerza Popular en el dilema de ser o no ser oposición, y las demás agrupaciones jugando maquiavélica y electoralmente a ser neutrales.

Quizá solo se vuelvan a aliar cuando esté en juego el confort de su escaño. En ese sentido la reforma política tendrá que esperar, pues aún Lava Jato tendría algunas sorpresas más y estamos seguros que no será esta generación de políticos quiénes se encarguen de dicha reforma. Ese ideal es utópico.

El antifujimorismo organizado que se ha visto fortalecido con esta crisis, tendrá presencia en los colectivos y los jóvenes universitarios, quienes seguro iniciarán acciones civiles más agresivas en las calles con el objetivo de hacer presente su disconformidad con el fujimorismo, a quien ven representado en el congreso actual. Sería recomendable que ni la izquierda ni otros partidos intenten acomodarse en las manifestaciones, pues el clamor de que se vayan todos, también los incluye.

Si Fuerza Popular no es capaz de entender lo que se le viene y cree con soberbia mantener su status quo desde el parlamento, sin otra actitud ni recambio de líderes, sin purgar y depurar sus filas obligatoriamente, está condenado a morir en el 2021, haciendo prevalecer aquella infame pero verídica frase de Marco Aurelio Almazán de que "La política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa". Negar lo que pide la sociedad y la opinión pública en la renovación política de todos sus actores y agrupaciones, será la partida de defunción de dicho partido.

El primer paso es desfujimorizar Fuerza Popular, desmitificar la figura de algún Fujimori para trascender. La pregunta es, de todos los que están hoy en ese bando ¿quién podría desenvainar la espada contra Keiko para iniciar la revuelta revolucionaria interna del partido? Si me preguntaran sería fácil responder: De todos los que están hoy, absolutamente nadie.


Escrito por

Carlos Javier León Ugarte

Periodista, melómano y obsesivo lector. Adicto al jazz y un furtivo amante de The Beatles. Lucho por el medio ambiente y amo a Universitario de Deportes.


Publicado en

Incorrectamente Político

Otro sitio más de Lamula.pe